Huelva información, 17-06-2013. La desesperación lleva a los temporeros a denunciar a la empresa para la que trabajaban en la campaña de la fresa Viven hacinados en un campamento de casetas de obra, comiendo sólo una vez al día. La mayoría llegó allá por el mes de septiembre con las maletas cargadas de ilusiones y dispuestos a trabajar en una finca de Cartaya en la campaña de la recogida de la fresa. Su principal objetivo no era otro que poder ir enviando regularmente a sus familiares el dinero que en teoría debían haber ido recibiendo por su trabajo. Pero al final están viviendo un verdadero infierno, según han afirmado a este periódico.
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