El Périódico, 17-10-2014. Los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE) son lugares inaceptables desde la perspectiva de los derechos humanos y el Estado de derecho. Son espacios en los que se priva de libertad a personas que no han cometido ningún delito, lo que constituye una anomalía en nuestro ordenamiento jurídico. Y aún es mayor la paradoja cuando encontramos en los CIE a personas que han huido de guerras o de alguna persecución, algo frecuente entre los africanos internados, o a personas traídas como esclavas a España por organizaciones dedicadas a la trata de seres humanos, como también ha ocurrido con algunas mujeres internadas; personas que son merecedoras de protección internacional, a las que en cambio se castiga con privación de libertad.Cuando se encierra a las víctimas, a quienes huyen, se produce una deplorable perversión del derecho.
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