El País, 15-11-2014. Dos conceptos muy diferentes han cristalizado en Reino Unido para denominar una misma realidad. Los rumanos que tratan de encontrar un trabajo en Londres son inmigrantes de la UE. Pero los británicos que residen en la Costa del Sol son simplemente expatriados. Espoleado por el éxito del eurófobo y nacionalista UKIP, el primer ministro británico, David Cameron, apunta a la libre circulación de personas en Europa como uno de los excesos del proyecto comunitario.
Noticia completa