Abandonadas tras la denuncia: la desprotección de las temporeras migrantes víctimas de abusos
5 de octubre de 2020 | Temas: Mujer | Temporeros

Público.es "Más de dos años después de que 17 mujeres marroquíes denunciaran agresiones y abusos sexuales y laborales durante su estancia en los campos de fresa de Huelva, sigue sin celebrarse ningún juicio. Las víctimas han vuelto a sus países o están en situación irregular y desamparadas.

Mientras, siguen apareciendo casos como el de Murcia que apuntan al modelo onubense de contratación en origen como engranaje principal de la explotación de mujeres migrantes en el campo español.

Hace dos años que 17 mujeres marroquíes denunciaron abusos sexuales y laborales en Huelva después de haber llegado a la provincia para trabajar como temporeras, con un contrato en origen, en la campaña de recogida de frutos rojos. Fue cuando comenzó a hablarse abiertamente en los medios de comunicación españoles —gracias a las investigaciones de medios extranjeros— de las condiciones de explotación y violencia a las que estas trabajadoras son sometidas en algunas empresas y fincas de la provincia. Después comenzó a hablarse también de su indefensión tras la titánica tarea de denunciar estos hechos.

Aún no ha tenido lugar ningún juicio por estas denuncias y, mientras tanto, los abusos laborales y las agresiones sexuales a estas trabajadoras migrantes —mano de obra barata, cuando no esclava, para cientos de empresarios agrícolas— vuelven a ser noticia, esta vez, en Murcia. Cinco mujeres han denunciado recientemente ser víctimas de la extorsión de un intermediario que les conseguía empleos a pesar de encontrarse en situación irregular y, posteriormente, las obligaba a acostarse con él si querían seguir trabajando en condiciones de explotación, por 13 euros al día y sin contrato ni alta en la Seguridad Social, llegando presuntamente a forzarlas físicamente si se negaban.

La llamada operación Yawari sigue abierta, ya que se cree que hay más víctimas del detenido que aún no han salido a la luz por el miedo de las mujeres a denunciar. Los temores son varios y, a tenor de los precedentes de Huelva, tienen un fundamento de peso.

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