
efe.es "Alrededor de 20.000 inmigrantes han caído en la precariedad más absoluta en Marruecos por las medidas de confinamiento y la paralización económica, y el único lugar donde encuentran auxilio es en la iglesia católica, adonde van a llamar con las manos vacías.
La cifra, que incluye tanto a emigrantes regularizados como a residentes irregulares, ha sido calculada por el sociólogo Mehdi Alioua, especialista en emigración, y es considerada creíble y realista por las organizaciones que trabajan en el sector desde hace años.
HAMBRE EN LA PUERTA
"A los pocos días de decretarse el confinamiento (el 19 de marzo), llamaron a la puerta trasera de la catedral con un mensaje muy simple: ’Tenemos hambre; ayúdenos, padre’", cuenta a Efe el sacerdote Daniel Nourissat de la Catedral de Rabat, un templo que estos días se parece más a un almacén de una ONG.